¿Cómo lograr que una comunidad acostumbrada a resaltar los puntos defectuosos de su ciudad vuelva a valorarla positivamente? Esta es la misión que lleva adelante un grupo de jóvenes de la Escuela Política Fratelli Tutti en Reggio Calabria, al sur de Italia. De generación en generación, una idea permanecía instalada entre los habitantes de esta localidad bañada por las aguas del Mar Mediterráneo: las oportunidades están afuera y la mejor opción es emigrar.
A lo largo de 2022, un grupo de estudiantes de la escuela de liderazgo impulsada por el Papa Francisco identificó que existía aquella percepción negativa entre la población. Y concluyeron que este “dolor” se trataba de algo casi establecido culturalmente en un lugar que, si bien tiene paisajes paradisíacos y milenios de historia, ha sido golpeado por el crimen organizado y las crisis económicas.
El sentido de comunidad
Tras realizar dos viajes a la ciudad y formar vínculos con distintos actores de la comunidad, el equipo ideó propuestas que buscan reescribir el destino local y restablecer el arraigo diluido.
“Antes de llegar al territorio nos habían dicho que uno de los problemas es que no había oportunidades para los jóvenes. Esta idea se reformuló cuando viajamos y conversamos con ellos. Ahí nos dimos cuenta de que, en realidad, la juventud no tenía voz en distintos espacios. Y no es que no existan oportunidades para jóvenes, sino que hay una narrativa de que no hay oportunidades”, contó a AYNI / +Comunidad María Virginia Solís, estudiante de Fratelli Tutti.
Fue así que nació el proyecto “Cosa amo di Reggio” (Las cosas que amo de Reggio), vertebrado en una serie de actividades que invitan a la población a resaltar los aspectos positivos de su ciudad y buscar soluciones en conjunto. El objetivo es, desde una red de cambio, intensificar el sentido de comunidad y revalorizar el sentido de lo colectivo. En especial, apuntan a reforzar la participación de los jóvenes de la sociedad civil con diferentes iniciativas ciudadanas.
“En vez de hacer la pregunta ‘¿por qué te querés ir de la ciudad?’, nos enfocarnos en una creación de narrativa que apunte hacia qué es lo que les gusta, qué es lo que aman, e ir construyendo desde ahí. Se creó un espacio muy lindo para compartir”, valoró María Virginia.
“Las cosas que amamos de Reggio son los colores, el mar, el sol, las sonrisas y la maravillosa comunidad que es”, fueron las palabras expresadas por un grupo de adolescentes tras la elaboración de un mural móvil que refleja qué significa la ciudad para sus autores.
Un compromiso político
“Fuimos creando distintas actividades y lo que resultó fueron distintos momentos detrás del arte el juego. Empezaron a compartir padres, adolescentes y adultos mayores. De distintas clases sociales y distintos sectores de la ciudad, involucrando también a Arghillá, la parte más vulnerable de Reggio”, relató María Virginia.
Junto con Fratelli Tutti, organizaciones de la sociedad civil en Reggio Calabria. Tras ver su impacto, el alcalde local se comprometió a mantener las iniciativas en el tiempo y a dar un lugar físico al comité de “Cosa amo di Reggio”. Incluso, anunció que en todos los septiembres se repetirá el evento semanal para destacar los aspectos positivos de la ciudad.
De esta manera, se espera que sean cada vez más frecuentes las actividades entre organizaciones locales, la política y la comunidad en general con el fin de generar un espacio de encuentro donde se pueda dialogar sobre la situación social, económica y cultural de la región.
Durante el proceso, que apunta a acrecentar el sentido de comunidad mediante redes locales de cambio, la Escuela Política mantuvo contacto constante con facilitadoras de AYNI y la Red de Innovación Local (RIL) para implementar herramientas de innovación sistémica.