El 3 de enero de 2022, el río Nasolo desbordó e inundó el municipio de Ndirande, en la ciudad de Blantyre (Malawi). Según el Departamento de Asuntos de Gestión de Desastres, dos casas fueron arrasadas por completo y otras cuatro sufrieron graves daños. En total, decenas de familias fueron desplazadas y debieron recibir asistencia de emergencia. Sin embargo, la ayuda no fue suficiente para satisfacer todas sus necesidades básicas.
Las calamidades del tipo son frecuentes en esta área de África Oriental, habitada por casi un millón de personas. En el marco del Concurso de Innovadores Locales 2021, un equipo de Blantyre presentó un proyecto para identificar mejor los riesgos y sortear las dificultades. Mediante drones y otras herramientas geográficas, su objetivo es parar la destrucción masiva de viviendas y la propagación de enfermedades por las inundaciones frecuentes.
En esta nota podés conocer cómo se gestó la iniciativa, que fusiona tecnología, conocimientos universitarios y participación de las comunidades locales.
Un año lleno de aprendizajes
Tras iniciar las tareas en terreno en abril de 2022, el equipo recientemente concluyó su fase piloto. En los hechos, esto significa que finalizaron la elaboración de mapas y sus análisis correspondientes para entender mejor este fenómeno que tanto dificulta el desarrollo de Ndirande.
“La solución une recursos tecnológicos con aspectos sociales para dar respuestas adecuadas a la realidad de los habitantes, interpretando su contexto sociopolítico y utilizando recursos locales para generar acciones efectivas”, sostiene el proyecto conducido por Noel Band, Hestings Hatton, Hassan Allison, Mervis Nyirenda, MCLean Kumwenda y Yusuf Chizonga.
Durante el proceso, recurrieron a archivos históricos, documentos oficiales, fotografías aéreas e imágenes satelitales para obtener información a gran escala. Luego, gracias a la incorporación de los drones, pudieron acercarse cada vez más al detalle local y trabajaron codo a codo con la comunidad. Así, las familias afectadas relataron vivencias diarias que ayudaron a darle un sentido diferente a la información geográfica.
Acciones y capacitaciones en Ndirande
Con todas las variables sobre la mesa, el equipo pudo hacer las correlaciones necesarias para saber si tenían incidencia o no sobre los fenómenos de inundación. Finalmente, identificando la vulnerabilidad de riesgo en cada zona, elaboraron recomendaciones para que sean adoptadas e implementadas colaborativamente entre los residentes y el gobierno local.
Mientras todo eso ocurría, también se realizaron actividades con la comunidad que les ayudó a involucrarse en la reducción de la vulnerabilidad y mitigar los riesgos. Para ello, se capacitaron a seis integrantes del equipo de diseño, quienes actúan como representantes de la sociedad para articular las relaciones con las partes técnicas.
Tras su paso por el Programa de Innovadores Locales, el equipo de Blantyre adquirió una nueva perspectiva de su problema. Si en un principio se pensó que los drones y las herramientas geográficas serían las partes protagonistas, luego se supo que el componente humano era esencial para diseñar una solución.
“El caso es innovador porque incorpora tecnologías, metodologías de análisis y dinámicas de trabajo que antes no estaban en el lugar”, concluyeron desde el equipo de RIL que acompañó el proceso en Malawi.