La inseguridad alimentaria es un problema grave en el noreste de Nigeria. En especial, la violencia producida por el grupo terrorista Boko Haram durante la última década generó una delicada crisis humanitaria. Ante este panorama, en 2022 avanza una iniciativa que busca mejorar los ingresos y el nivel de vida de pequeños agricultores en el Estado de Adamawa, uno de los más afectados.
El proyecto “Food for All”, de Food Cooperative, propone lograr cultivos más productivos con intervenciones sustentables en las cercanías de la ciudad de Yola. Mediante capacitaciones locales y el desarrollo de una página web, la idea es extender los vínculos con actores que permitan apoyar su solución cooperativa. En otras palabras, se trata de crear una red de cambio capaz de mejorar la situación alimentaria de las comunidades agrícolas.
Según el Programa Mundial de Alimentos, 4,4 millones de personas en la región están sometidas a condiciones de hambre aguda y 320.000 niños/as padecen desnutrición aguda. En total, son 8,7 millones las personas que atraviesan inseguridad alimentaria en el noreste nigeriano.
“Nuestro esquema de subcontratación tiene como objetivo garantizar una mayor productividad y ganancias para los agricultores, mayores conocimientos y habilidades, y acceso a insumos agrícolas. Está previsto ofrecer acceso a préstamos de microcrédito para ayudarlos a liquidar los costos de mano de obra y mercados garantizados en una etapa posterior”, afirman desde el equipo de “Food for All”, coordinado por Chijioke Attamah.
Confianza y sostenibilidad
En una primera etapa, la iniciativa está dirigida a un grupo de 100 pequeños agricultores que han sido desplazados junto con sus familias en Adamawa. Fueron víctimas de la insurgencia del Boko Haram y también de los ataques frecuentes de los pastores Fulani, un pueblo nómada. Con la implementación de la iniciativa colaborativa, se espera que 700 personas cubran sus necesidades básicas alimentarias.
Mediante la cooperativa, que ya está registrada, se proyecta que la comunidad de pequeños agricultores genere lazos de confianza y un círculo de sostenibilidad económica. Con sus aportes, deberían poder garantizar la futura adquisición de insumos para sus cultivos y un entorno en donde puedan comercializar su excedente productivo en el futuro.
La iniciativa ya terminó su fase piloto y avanzaron con las primeras capacitaciones correspondientes. Una de ellas ocurrió el 18 de agosto de 2022 y trató sobre nuevas prácticas sustentables. “La capacitación fue muy interesante, impresionante y productiva. Esperamos que se haga un nodo de capacitaciones constantes para seguir aprendiendo y estar más capacitados para ayudar después a los agricultores”, manifestaron sus asistentes.
Participan de las formaciones estudiantes universitarios de Agronomía y ciencias afines, docentes de universidades públicas y funcionarios/as del gobierno local. Justamente, la acción conjunta entre los diferentes actores apunta hacia una mayor eficiencia en la solución. En este caso, su unión sirvió para identificar diferentes líneas de acción que podrían apuntalar las diferentes alternativas viables.
En busca de financiamiento, el proyecto se encuentra en el Marketplace de Soluciones Locales. Se trata de una plataforma que une a innovadores locales con fondos de impacto para transformar realidades. Fue lanzada en marzo de 2022 por el equipo de AYNI – Comunidades de Innovadores Locales, formado por la Red de Innovación Local (RIL), Ashoka, Vía Educación y CoLab.
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